Salia reciencito del cole, unos 17 años a lo sumo, y claro, ya era experta al volante, el carnet de conducir ya era mio, a pesar de ser aún menor de edad ya lo tenia en mis manos, andaba loqueándome diariamente por las calles de Lima, fumándome un "huiro" en cada esquina, con mi entrañable amiga "ojitos" eran días entumecidos por la mariguana, esa zona, "chama", tiene tantas historias guardadas, esa época era realmente increíble e inverosímil, en cada cuadra encontrábamos grupos de muchachos armándose un huiro, y nosotras de estación en estación, no sé la cantidad que nos fumamábamos diariamente, pero que superaban los 5 de hecho! y llegó el día que mi mami me comenta: Ce, Lucecita, nos quiere hacer una propuesta, Lucecita era una prima de mi mami, una tía extravagante, actriz, que a mi me llamaba mucho la atención, claro, debo decir, que la actuación es mi sueño no desarrollado, probé en algunos talleres pero no logré concretar nada finalmente, el pánico escénico podía más que yo, Lucecita para mi era algo así como mi alter ego, eso que uno desea profundamente pero no logra concretar. Lucecita nos invitó a su casa a plantearnos el "business", después de varias vueltas al tema, el quick del asunto era que necesitaba personas de aquí, Lima, conocidas, para llevarlas a Alemania, el trabajo en si era: ella tenia un hijo que vivía allá hacia más de 20 años, partió de Lima a supuestamente estudiar, pero logró el negocio de su vida, dejó los estudios y se metió de lleno al negocio de las "papas rellenas" esas que todos los peruanos conocemos, y empezó a venderlas en pequeños stands en ferias de diferentes partes de Alemania, primero fue una feria, luego dos y así fue creciendo, llegó a tener para ese momento alrededor de 8 stands a lo largo del país. El patita este, para esa oportunidad necesitaba gente que trabajara para él, y prefería pagar pasajes, estadía, y un miserable sueldo a las peruanitas que contratar alemanitos, como ganaría el condenado! así fue, en tropel Lucecita consiguió a más de 10 personas para la tarea "papeña". las primeras en embarcarse eran las destinadas a preparar el relleno, la masa de papa procesada, y a congelarlo todo, eso era 3 meses antes que las ferias abrieran sus puertas, las restantes llegarían un par de días antes que los stands estuvieran listos, las primeras, obvio, eran las mayores, donde se encontraba mi mami, las que tenían más experiencia en la labor, las últimas, las más jóvenes donde me encontraba yo, obviamente conmigo, el primito mató dos pájaros de un tiro, no solo iba a atender en el stand, sino también seria chófer, tenia el brevete requerido. Por supuesto antes de mi partida, la despedida requerida, aquí en Lima, todos lo sabemos, celebramos las llegadas, celebramos las despedidas, aunque sea por un mes de ausencia, aquí se celebra de todo y con todo! Mi viaje era medio jodido, claro, el más barato, muchas escalas, y nuestro destino final era Suiza, allí nos recogería el primito y por tierra haríamos el trayecto hasta Colonia, ciudad desde dónde todo se organizaba, y dónde yo estuve por mes y medio. La verdad a pesar de ser yo una "malogradita" no tenia mucha calle, a lo que me refiero es que mi vacilón eran los huiros y punto, de salir con chicos, poco o nada. Recuerdo que me alojaron en el departamento de la novia del primito, una alemana aria total, más nazi que "Hitler" mismo, y que detestaba a la raza diferente a la suya, castigo divino el que recibió al enamorarse del "cholito" peruano, que de rubio y ojos claros no tenia ni la camisa, y así fue como llegamos, 2 nietas de Lucecita, gringa inga y yo a Suiza, el recorrido y la vista, maravillosa, fueron como 3 horas en auto hasta llegar a la frontera con Alemania, cuando paramos para los controles respectivos, los perros, esos que olfatean de todo, se detuvieron medio neuróticos en la camioneta donde yo venia, obviamente los policías fronterizos sospecharon inmediatamente que algo sucedía allí, un grupo de peruanitas con la fama ya constituida en el mundo de productores de coca, estaban allí, y los perros incontrolables! Nos metieron una a una a la revisión respectiva, las maletas, y todo lo que pudiera esconder la temida droga, mi mamá, que había ido por nosotras se me acercó y preguntó, -Ce, no habrás traído nada no? algún huiro? algo? -qué? mamá, estás loca? como se te ocurre? pero me entró la duda, pensé en ese momento, carajo! la despedida! de repente se me cayó algo de mariguana por ahí! ya me estaba poniendo paranoica, pero los perros de mierda no encontraron nada, después de casi una hora, los sabios policías fronterizos llegaron a la conclusión que los perros se habían alterado por que el dueño de la camioneta tenia a su perra en celo, por lo tanto los perros no buscaban droga, lo que buscaban era la novia que no encontraron! Plop!
La chamba fue dura, me levantaba a las 4 de la mañana, y a manejar hasta la feria donde me tocaba trabajar, claro, yo manejaba el trayecto que era más o menos de hora y media de camino, abríamos el stand, disfrazadas de serranitas, la verdad un cague de risa, hasta en el periódico salieron nuestras fotos, las papas volaban! se armaban unas colas interminables! lo único que aprendí en alemán era "eine Kartoffel", no sé como se escribe, y si lo he hecho bien, así que por favor mil disculpas a los alemanes que me leen. Eso era todo el fucking día, realmente agotador, pero para la edad que teníamos todo era soportable, realmente dormíamos poco o nada, recuerdo que los alemancitos que hacían sus colas, nos preguntaban curiosos, de dónde veníamos, cuando decíamos orgullosamente Perú los arios nos preguntaban, y dónde queda eso? en África? plop! bueno, no voy a generalizar la cultura aria, pero Perú en el África? mmm en fin, les recordábamos Machu Picchu, algunos caían en la cuenta, otros ni idea, terminando la feria, mami y yo arrumbamos a Italia a conocer a los parientes, que vivían en un pueblo pequeño, recorrimos algunas ciudades italianas y algunas francesas, las fronterizas con Italia, mi mami regresó antes al Perú, y yo me quedé por lares italianos, cuando regresaba a Colonia a tomar mi vuelo con destino a casa, el primito me recibió en el anden del tren y lo primero que me preguntó fue, vienes el próximo año?? y mi respuesta fue -Ni muerta!!! Nunca más supe de Lucecita ni de las ferias del primito, deben seguir viento en popa, pero volver a trabajar para un paisano fuera del país es peor que cualquier cosa!
CEANA
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