Unas de mis épocas "doradas" andaba sin pareja, debería haber tenido mejores tiempos de esos y no "casarme" constantemente, esos días de "libertad absoluta", en las que no pensaba en nadie en especial y en todos como especiales, andaba de arriba a abajo con sra. si pues eramos patas (amigas), y de las buenas, trepábamos a mi moto 70, de esas enanas, y recorríamos todo Lima, casco ni hablar! era anti -estético vernos a dos mujeres con un casco horroroso en nuestras cabecitas? No! claro error gravísimo! pero a esa edad donde "nada" es peligro, y "todo" es posible, el casco era inservible.
Antes de cada paseito, el "huiro" correspondiente, claro, nos poníamos super sensibles ante cada estímulo, si el mar, los parquecitos con todas sus flores, los pajaritos, que tales cojudas! pero era ese el vacilón del momento, la verdad si pudiera regresar el tiempo de alguna forma, solo lo regresaría a ese momento exacto de estar trepada en mi moto con un huiro encima. La moto causa en mi una libertad que nada ni nadie ha logrado en mi, una sensación de plenitud exagerado, si, es rico ir en moto y que el aire golpee la cara, y si es invierno, aun mejor, ponerse bien a la casaca e ir por donde ese pequeño motor me llevara, si hoy por hoy no tengo una es porque si la tengo yo, con que cara le podría negar al querubín tener una?
En fin, en esos días soleados de algún año pasado, sra. y yo íbamos por la av. Salaverry, todos los limeños y peruanos conocemos esa avenida o la ubicamos rápidamente en nuestro inconsciente colectivo, si pues, esa que empieza en Lima (centro) y termina en Miraflores en la av. del ejercito, veníamos de Miraflores hacia Lima, era un domingo temprano por la tarde, golpe de 3. Habíamos ido en búsqueda de semillas y ramas para nuestros "móviles", el negocio que realizábamos en ese momento, claro, los insumos eran gratuitos, solo el trabajo delicioso de encontrar las semillas precisas y las ramas, mientras más retorcidas mejor y más creativas. Como decía, íbamos con las mochilas repletas para nuestro trabajo de madrugada, si, llegábamos a su departamento, nos fumábamos los "huiros" respectivos y manos a la obra, horas de horas construyendo "móviles", muchas veces ya en silencio, era cada una en su "vuelo" creativo, armando piezas que después serian exhibidas y vendidas a un muy buen precio. La Salaverry en en esos días no era tan transitada como lo es ahora, y venia manejando relajadamente con sra. atrás, cuando en una de las calles transversales, vi un auto con intención de atravesar la avenida, claro, estaba parado, yo estaba en una avenida preferencial, lo "lógico" y "normal" era que el conductor esperara el momento de hacerlo, pero no hay lógica ni normalidad en los conductores de estos lares, recuerdo claramente haber cruzado una mirada directa con el chófer, fue como si nos midiéramos, yo tuve la convicción que no cruzaría y seguí adelante, cuando de repente el imbécil ese acelera, cuando vi que fatalmente atravesaría por delante mio, frené automáticamente, pero era demasiado tarde, mi moto patino en el asfalto, chocando con la parte posterior del automóvil, solo recuerdo el golpe y el ruido horroroso de la moto chocando, salí volando por encima del mismo y caí de cabeza directamente contra el suelo, no me desmayé, creo suponer que duro poco la situación, porque me paré rápidamente, tenia unos cortes en las piernas y rodillas, la cabeza no se me abrió, no tuve ningún corte por encima de la cintura, solo veía mucha sangre en mis rodillas, volteé y vi a sra. tendida en el suelo, desmayada, inconsciente, aturdidamente me incorporé y a mi alrededor ya había mucha gente, sí, con el sonido tan fuerte los vecinos habían salido despavoridos a ver que sucedía fuera! El auto que ocasionó tal barullo, el imbécil ese, pretendió dar a la fuga, y los vecinos simplemente no lo dejaron, lo atajaron e hicieron parar; eran esas épocas donde la gente se preocupaba por lo que les pasaba a su alrededor, ahora te pueden matar en cualquier calle transitada y nadie mira, al contrario se hacen los cojudos, hay tal indiferencia e impersonalidad en las relaciones humanas, carajo!, pero ese día teníamos a por lo menos 10 vecinos auxiliándonos, y el tipo que conducía el auto, atrapado entre varias personas más, diciéndole de todo! una de las vecinas se acercó y me dijo, -tu eres Ceana? si, le dije, era hermana mayor de una compañera mía del cole, me dijo,.-no te preocupes, este hijo de puta las va a llevar a la clínica y tu moto te la guardo en mi casa, así fue, nos llevaron a la clínica más cercana, la "Anglo Americana", directo a emergencia, a mi me cosieron las dos rodillas y algunos cortes más, a sra. la tuvieron en observación un par de días, si, la moto se vendió sin yo poder volver a verla, ni despedirme de ella, años después casi 6, tuve mi primer ataque de epilepsia, razones? bueno, el bendito accidente había causado una herida interna en mi cerebro, que obviamente estaba cicatrizada, pero ante algún estimulo muy fuerte se podía activar y causar una especie de descarga eléctrica, que eran esos famosos ataques, sra. no tuvo secuelas, pero yo aun llevo la marca de la moto en mi vida, entonces cuando el querubín me dice, -quiero moto, yo le contesto,-bueno, te la compras tu con tu plata y cuando ya no vivas conmigo. -Yo? ni cagando! para mi comprarle moto a un hijo es comprarle su ataúd con ella, quizá este exagerando, pero mi experiencia de vida no me dice nada de lo contrario...
CEANA
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