¡La puta droga!

Estaba vendiendo mis productos, ahí como siempre en el centro comercial pitukón, daba vueltas por ahí, acercándome a los autos estacionados, es mi zona, vivía por allí mismo, la gente me conoce de toda la vida, así que no me rechazan, aunque por ahí hay algún desubicado que se las de cojudo o cojuda y me miran con cierto desprecio, pero no me importa, estoy ya casi por cumplir un año rehabilitado, el centro donde estoy me da productos que nosotros mismos hacemos y es una forma de pagar mi estadía allí, el tema de las drogas me jodió la vida, pero ya estoy limpio, si, pero es una lucha diaria, es una chamba que nunca acabará, perdí todo, a mi familia, a mi mujer a mis hijos, lo dejé todo por la maldita coca, pero ahora soy un hombre nuevo, y no me avergüenzo de mi pasado, es por eso que vender en la calle no me hace menos que nadie, el trabajo, cualquiera que este sea, dignifica, no me siento menos que nadie, y bueno, andaba por el centro ese, donde también hay una estación de servicio de gasolina, y me acerqué sin fijarme mucho a una camioneta con lunas polarizadas, cuando estaba ya cerca del conductor, éste bajo la luna y era precisamente el nuevo marido de mi ex esposa, iba con ella al costado, cuando nos dimos cara a cara, me miró con tal desprecio que sentí una puñalada directa al corazón y me dijo despectivamente, ¡aléjate huevonaso!, anda vende tus huevadas a otro lado, estas donde te mereces estar, ¡lárgate! simplemente me provocó sacarle literalmente la mierda, pero no era necesario tanto, ademas era un cobarde, me insultó y humilló detrás de la ventana a medio bajar, solo le dije, -te diré solo dos cosas, mi ex mujer, me miraba asustada, temerosa de lo que podría pasar o yo decir, me decía con los ojos, -no, por favor, cállate-, pero no aguanté, y le dije al tipo ese, solo dos cosas, -agarra una biblia y dile a tu mujer que ponga su mano sobre ella y te jure si realmente te ama, yo estoy seguro que ella sigue amándome, solo que me perdí en la vida y ella con justa razón tomo su rumbo-, el tipo me miró con cara de asesino y mi ex con cara de pánico, le dije, -y la segunda cosa que te digo, esa camioneta que ahora conduces con tanto orgullo y con mi mujer al lado, se la compré yo, ¿que te parece? al pata le cambio la expresión de desprecio y furia a una de sorpresa y hasta vergüenza, lo miré fijamente a los ojos, y le dije, -eso es todo, a ver que te contesta ella, me di la vuelta y me sentí más aliviado, no es precisamente lo que hubiera querido que pase en mi vida ese día, pero sucedió por algo....

 DE "AXE" POR CEANA

Gracias Axe por compartir tu experiencia de vida, eres un ejemplo de superación para muchos por allí.