"Rochosa y Boludo"

Entro a mi departamento como todos los días y,  al entrar a mi dormitorio la imagen casi siempre, Rochosa tirada en mi cama, laxada, con las piernas abiertas, muy dispuesta ella, la sonrisita dibujada en el rostro picaron, y la mirada medio perdida, Boludo a su lado, claro con esos ojos medio desorbitados, mirada socarrona, todo gordinflón él, me clava la mirada a diario cada vez que lo miro, este nuevo par de inquilinos precarios que he adoptado en mi hogar me acompañan cuando quiero, claro, en mi cama, a veces me tiro al lado de ese par de revoltosos, otros los empujo y ruedan por el suelo calladamente, pero la sonrisita de ambos nunca desaparece, eso es lo que me gusta de ambos, que mantienen el buen humor así yo lo haya perdido algún día, o ande temperamental, hace poco entraron en mi vida, pero ya los quiero, y ellos a mi también, los extraño si no los veo, y me pregunto, ¿Donde están este par de cojudos hoy? pero por allí andan siempre, Rochosa tan velluda ella, Boludo por el contrario lampiño, ni un pelo el pobre, tan distintos, pero parecidos al fin, los une un solo propósito, alegrar mi entrada, y lo logran, no hay duda, Boludo llegó primero a mi vida, con su cara de tontito, pero tan tierno él, entró mientras yo dormía, lo vi recién al día siguiente, esperándome,  Rochosa apareció a los pocos días, más impresionante su figura, pero no dejando de ser tierna, ellos mis dos nuevos amores, no los elegí yo, no, los eligió mi toki, los intuyó, los pensó, les puso incluso el nombre, porque la inspiración para ambos casos la tuvo ella, Rochosa, porque eso es una "osa arrecha", de ahí su nombre, la tiré un día en la cama y cayó con las piernas tan abiertas y la mirada perdida, que parecía decir, anda  ven dame una tiraditita, bien dispuesta ella, como yo, su madre, y Boludo, que es un perro de tela, que todo su cuerpo incluida cabeza es una bola, que desde ella parten sus cuatro patas, me mira directo a los ojos, y siempre pienso cuando lo veo en mi cama, ¡carajo quien es este cojudo!, creo a cada rato que es algún personaje real, me refiero animado que entró en mi casa, esos dos compañeros, nuestros pequeños hijos, menos mal que ni hablan, osea no piden, no se quejan, ni hacen ruido al respirar, donde los pongan, ellos son felices y yo también al verlos, porque me recuerdan a su madre, a toki, mi compañera, que me los trajo con amor, me recuerdan su presencia en mi vida, es la prolongación de su respiración cuando ella no esta,  el espacio que deja dibujado en mi cama cuando desaparece cada día, y la tierna sensación que aunque algún día ella pueda dejar mi vida, estos dos cojudos guardaran su recuerdo siempre conmigo, ¡bienvenidos "Rochosa y Boludo" a mi vida!
Ceana