Lima, Lima, días de puta madre!

¡Ayyy salir por ahí con amigas como N es un cague de risa, y la extrañaré un huevo cuando parta! Estamos compartiendo días enteros, entre playa, cines, el Haití, nuestro refugio de toda la vida, amigos, cosas del pasado, cojudeces del presente, chismes calientes, comiditas simpáticas,  ¡huevada y media! Ayer, día cinemero, una película muy buena realmente, la genialidad de Woody Allen en su esplendor, la neurosis del geniecillo en nombre de mujer, buena, realmente buena, y antes de entrar al cine, el típico desfile de personajillos y, nosotras observando pasar de todo por ahí, me decía N, cuanta gente que vemos por aquí haciendo sus colas, ¿cuantas de ellas serán gays? ¿cuantas andarán aun en el closet?, ¿cuantas parejas hetero, lo seguirán aparentando y miraran solapamente a otros congeneres de su mismo sexo? la filosofada en su punto, si pues, le contesté, pero uno siente la mirada diferente cuando a una mujer le gustan las mujeres, ¿lo notas verdad? miran a los ojos, con una interrogante dibujada en el rostro, o miran con deseo o desvían la mirada al ser confrontadas directamente, como sintiéndose culpables de lo que sienten o ni percatándonse siquiera que sienten algo distinto, mmm ¡que se yo! de todo un poco, y así hablando de la inmortalidad de los mosquitos transcurrían los minutos antes de iniciarse la función, cuando de repente se planta frente a nosotras una mujer, el culo llegaba justamente frente a nuestros ojos, nos daba la espalda, nosotras sentadas con nuestra bandejita con pop corn, y N posa sus ojos picarones como siempre en el culo de la mujer esta, y me dice seriamente, oye Ce, creo que yo le preguntaría a esta señorita: ¿Señorita disculpe, ha perdido su poto? yo no podía controlar la risa, realmente la mujer, poto no tenia, bueno, lo tenia, pero no hacia afuera, sin una leve inclinación, sino hacia adentro, parecía que había sido rebanada, yo miré con atención el culo en mención y realmente no podía dejar de reírme, y N continuó, bueno, yo bajaría al primer piso tomaría un micro y diría: ¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN! en el sexto piso se ha perdido un culo, cualquiera que lo encuentre reportarlo a atención al cliente, es urgente, ¡su dueña anda desesperada buscándolo! Quizá leerlo no resulte tan divertido, pero escuchárselo a N con la seriedad y la cara de loca con la que hace y cuenta sus payasadas, ¡es divertido a morir!