Naci un 6 de agosto del 2012 con 110kgs!!!Entradas populares

martes, 26 de agosto de 2014

¡Desapareció nuestro hijo!

Absortos, concentrados frente a un tablero de dados, -amo a mi perro, más que a ti por supuesto- comentaba ella entre chela y chela, los dados rodaban sin saber lo que sus dueños esperaban de ellos.  La cantina llena de borrachos salibando y hablando cojudeces, pero ellos están perdidos entre coca y trago recordando a su hijo perdido, se miraban risueños y seguían chupando, no se sabia cuanto duraría la juerga esa noche, las luces de la cuidad ya se apagaban, el alba nacía ya, ese niño andaba suelto por el mundo años de años,  escondido en sus recuerdos, ¿donde estaría esa noche?, ¿saldría de sus corazones?, ¿hablarían de él esta vez?, él la miraba a los ojos buscando una respuesta a sus dudas, a sus preguntas sueltas,  ella evitaba el contacto, prefería seguir rodando los dados, más de diez años esperándolo, jamas hablaban de Mariano, habían investigado tanto que la vida ya no les alcanzaba para más, esa noche se celebraban los años separados, pero ninguno lo pronunciaba, ninguno lo decía en voz alta, pero ambos lo sabían, ambos lo sufrían, lo lloraban, ´pero lo decoraban con esas chelas doradas y la coca brillante sobre la mesa, no volvieron a pronunciar su nombre desde que el niño desapareció por la noche, ésa se lo había llevado sin dejar nota alguna, eran tan solo un pequeño, un niño perdido, los ases salían con facilidad para ella, las escaleras para él, las estadísticas eran que ella ganaría como casi siempre lo hacia, él ya cansado la miraba absorto, perdido entre el humo de su cigarrillo y la voz que iba perdiendo por tanta chela helada que se metía por horas y horas.  La cantina se iba vaciando, ellos cerrarían el local como casi todas las noches durante casi diez años, el suelo mojado  con solo rastros de tragos confundidos con el aserrín que limpiaría sus recuerdos, giraron en sus sillas, el ruido de la puerta había despertado su pegada, miraron con curiosidad a quien entraría a esa hora por la puerta, la luz de la madrugada dificultaba ver al pata que entraba con seguridad y aplomo, alto, rubio, fuerte, se acercó a ellos, los miro con curiosidad y con una sonrisa en los labios, -Estoy aquí, he vuelto por ustedes-. Se miraron ambos ¿su Mariano perdido? las luces de la vida se prendían para ellos, o se apagarían nuevamente...
CEANA

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