Es
mi casa, la copa de un árbol, desde aquí puedo ver todo lo que pasa alrededor,
mi árbol es frondoso y estoy rodeado de
muchos pajaritos de colores que me despiertan cada mañana cantando en mis
oídos, no podría ser más feliz que viviendo aquí, hace mucho que lo hago, no
puedo bajar de mi árbol interminable, no
imagino otro lugar que sea tan mágico como este.
Mis
compañeros de vida son los amigos de siempre, nos ayudamos en lo que el otro no
logra alcanzar, lo que más extraño es sentir el agua de algún rio en mis pies,
pero el ciempiés generalmente me trae algo de agua fresca en sus interminables
patas de colores, las lagartijas me miran sonrientes y algún mono “choro” se
divierte conmigo cuando quizá reniegue alguna vez, es raro que eso suceda, pero
a veces cuando me entra el mal genio, allí esta algún mono divertido que me mira con
sus ojos cantarines y una sonrisa que me olvida el fastidio en segundos; los
loros son mi compañía diaria, converso con ellos, me cuentan historias
fascinantes, y yo les cuento de mi vida pasada, de cómo llegue aquí, y que no
quiero salir nunca, quizá despierte algún día y amanezca en una cama normal,
pero mientras tanto disfruto entre pájaros, amigos y hojas mientras dure mi
sueño de vida. Espero no despertar jamás…
CEANA
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