"Mi cocodrilo rosado"

Ella caminaba entre los matorrales azules, le pesaban los pies pero seguiría adelante no importaba el cansancio, tenia que llegar como fuese -su amor-, el cocodrilo del pantano la esperaba desde hacia mucho; todos los días, cada uno, avanzaba un poco, hacia mucho que caminaba, a veces quería abandonar su sueño de volver a verlo, pero cada mañana volvía a avanzar por lo menos unos metros, ¡que difícil y pesado este viaje! se repetía cuando ya las piernas no le daban, pero cuando despertaba cada madrugada  volvía a buscar el camino hacia él. Años atrás, su amor se convirtió en un cocodrilo grande y rosado, ella con sus dos cabezas pensaba más que con una, a veces una le dolía entonces se apoyaba en la otra, era pesado cargar con dos cabezas, el cuello le dolía y los hombros resistían el peso de ambas, ¿cuando los hechizaron a ambos? ya había perdido la cuenta, pero lo que no olvidaría era a su cocodrilo amado, los años separados la tenían triste, es por eso que caminaba todos los días para encontrarlo nuevamente, no podrían quizá abrazarse como ella quería, pero por lo menos lo miraría a los ojos, y acariciaría su piel rugosa, -eso era lo de menos- sólo quería ver sus ojos tiernos una vez más, tenerlo cerca, sentir su presencia. Pasaron varios años más, ella con sus dos cabezas encima llegó al pantano azul donde su cocodrilo rosado la esperaba, lo encontró enseguida medio perdido entre los demás.  pero su color rosado lo distinguía de los demás, se acerco a él, lo miró a los ojos y se abrazaron eternamente, el cocodrilo con lágrimas en los ojos le dio un beso en los de ella, ya estaban por fin juntos, no importaba si eran cocodrilo y dos cabezas, el tiempo curaría las diferencias, su amor era más importante y fuerte que esas pequeñas diferencias.

CEANA