Esos hoteles
de cuarta, si pues los llamados “mataderos”, baratos, lúgubres, con tu TV. de 20
pulgadas, baño privado si, ahí entramos un par de noches, - la cosa difícil- al par de
días ya en fuga a otro parecido -el
dinero apretaba- máximo diez dólares…era
preferible seguir conociendo lugares hermosos y que nuestro viaje de amor
durara el mayor tiempo posible.
-Amor
busca bien antes de cargar mochilas-, le dije a Toki -hay un zapato debajo de la cama- me contestó ,
(no había luz), -mejor sácalo, de
repente es uno tuyo- , -¡no veo nada!-, ¡patéalo reina! Arrimamos la cama con
las justas y apareció el susodicho, viejo, sucio, marchito; el loquito que salió disparado la noche
anterior después de haber sido víctima de una “pepera” que lo dejo calato, de
dinero y ropa tuvo la gentileza de dejarle un zapato, ¿Por qué? ¿Le dio pena
dejarlo tan jodido? ¿No le daría tiempo cargarse con todo? ¿O eran tan feos que
le importo un bledo llevárselo? ¿y por que tan solo uno? ¿Cómo
habrá salido el compadrito? ¿Desnudo? Que
intriga…
Sigo Esperando en una esquina a la “pepera”
para que me cuente ese principio y tal final….
CEANA
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