¿De donde vienes? de la casa de mi madre, ¿Así? ahora le dices mamá, claro, ¿Tu crees que soy una cojuda? dime ya, ¿De donde vienes? ¡carajo!, ¡te estoy diciendo que de la casa de mi mamá!, ¡son las 9 de la noche!, ¡no te creo!, ¡ya dime de donde vienes!, ¿De verte con otra mujer? ¡carajo, te estoy diciendo que vengo de visitar a mi mamá! ¡no te creo!, pues ¿vas a estar contenta si te digo que estuve con otra mujer? ¡Ya! estuve con otra mujer, ¿contenta?, me miró con esa cara de loca que ponía a veces, me fui a lavar los dientes, me puse el pijama y me quedé profundamente dormida, de repente de un golpe rodé de la cama, di varias vueltas hasta llegar al suelo, la loca me había metido una patada y rodé por el suelo, ¡eres una puta de mierda! me dijo, ¡sal de mi cuarto!, agarré una almohada, era pleno invierno, me dirigí a la otra habitación a coger una manta, ella se levantó detrás de mi y me dijo, ¡no cojas nada, todo esto es mio! me fui a la sala y me tiré en el sillón, estaba cansada de sus estupideces, me siguió y me dijo, ¡levántate de ese sillón! lo compré yo, ¡duerme parada! ¿Qué? ¡no soy murciélago! ¿como voy a dormir parada? ¡loca de mierda! se fue al dormitorio, y se encerró allí, me quedé mirando por la ventana, estaba harta ya de la situacion, las discusiones eran cada vez peores, pasé largo rato, congelada allí, cuando me di cuenta que ella estaba ya dormida, saqué la cabeza por la ventana y le dije bajito al conserje del edificio, Edelmiro, por favor ábreme la reja, el pobre hombre me miró asustado, yo bajé super despacio, estaba sin zapatos, ya no me importaba nada, quería huir de allí, cuando crucé la puerta de la calle, respiré profundo, aliviada, no me importaba el frió, metí una bocanada de aire de libertad y empecé a caminar, cuando de repente a menos de 100 metros del edificio, voltee y vi que la loca venia a toda carrera hacia mi, también en pijama y descalza, empecé a correr, pero en mi carrera hacia la libertad pensé aun en ella, como una mujer exitosa y supuestamente inteligente ¿llegaba a esos extremos? y me dio pena, si, aun la quería, paré en seco, voltee y al tenerla a centímetros de mi cara, le dije, mira Tom, vamos a....no terminé de articular la frase cuando sentí mi cabeza besando el piso, me había agarrado de los pelos y sencillamente arrastraba mi cabeza en la pista, era mucho más baja que yo, pero con la fuerza que la rabia da en ese momento, mi boca, mi nariz, mi cara toda rozaban el suelo, sentía que me arrancaba el cuero cabelludo, solo atiné a levantarme y le metí una sonora cachetada donde cayera, pues fue entre la cara y el oído, fue una cachetada fuerte, si, y ella se agarró fuertemente el oído y grito, ¡Me has dejado sorda! ¡no escucho! la mire asustada y le grite,Tom, ¿ME ESCUCHAS?? seguía quejándose, la agarré por el brazo y le dije, volvamos a casa, ella se quejaba y lloraba, Edelmiro miraba la escena horrorizado, cuando entramos nuevamente al departamento, me juró, me prometió que las cosas cambiarían, me quedé con ella, nunca cambiaron, nunca, tuve que escapar de su lado tiempo después, yo entregué todo lo que era, pero su locura, su inseguridad, sus golpes continuos mataron todo, pudo ser el amor de mi vida, pudo serlo, pero no lo fue...
Ceana
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