¿Donde lo hacemos?, ¡aquí, sube!

Hablando de churrito, anoche le hice una visita, iba toda emocionada con mi ojitos lindos de la tarde, gaspi me recogió, ay gaspi, mi amigo de tantos años, un pata que lo gay lo lleva solo en las cuatro perillas, no se le nota por ningún lado que lo mire, tiene una voz ronca, varonil, sin requiebros, su actitud es muy de macho, muy hetero, lo conozco hace mucho, pero no vive por acá, así que aprovecho de verlo cuando él puede, porque yo podría más, partimos rumbo a casa de churrito, el che, su pareja, diría su esposo de ya 12 años estaba allí, anoche me gustó su compañía, más que en otras ocasiones, estaba muy divertido, y lo extraño es que permaneció con nosotros conversando hasta que levantamos anclas, raro la verdad porque suele escurrirse sin darnos la mayor cuenta, cuando nos preguntamos, ¿y donde anda che? pues che ya se metió en su cuarto y ni nos dimos cuenta porque che solo desaparece sin anunciarse, pero anoche se quedó toda la velada, andaba por allí la dulce y escurridiza chinita, amiga incondicional de ellos, a la que le saqué teléfono y cita, no para mi, aclarando, sino para N que anda por estos lares también, y gigi, un pata muy simpático, amigo de antaño de churrito, muy divertido, muy gay, que también venia de fuera por unos días a visitar a churrito, es una pena que tenga que irse tan pronto la verdad, es muy gracioso hasta cuando contaba alguna desgracia en su chamba que mantiene por años, allá en los states, pero la historia que me trae por acá hoy es una que el mismo contó y prometí compartirla con ustedes, andaba gigi de juerga en alguna disco y, conoció a un gringo apetecible, empezaron los coqueteos previos y los besos apasionados después, así estuvieron largo rato entre tragos y bailes seductores para luego salir de allí en busca de más privacidad, llegaron al parking, y el gringo muy seguro de si mismo subió a una camioneta, esas no muy grandes y gigi lo siguió muy entusiasmado, la cosa se ponía mas calentona aun, y la ropa empezó a volar por los aires, ya los asientos delanteros se hacían cortos e incómodos, así que decidieron pasar a los de atrás para seguir en el jaleo, y así fue, después de un buen tiempo de sexo apasionado, gigi le dice al gringo, pues ya me tengo que ir, ¿me alcanzas a mi auto? y el gringo le contesta, pues vamos, pero primero busquemos el mio, ¿como? le pregunta gigi mirándolo sorprendido e incrédulo, y con los ojos desorbitados, pues si, busquemos el mio antes, porque este no es mi auto, ¡plop! El gringo en la pasión loca del momento no pensó ni tomó mejor decisión que trepar al primer auto cómodo, cercano y con las puertas abiertas para consumar su locura de esa noche, y gigi jamas dudo siquiera que ese camioneta no fuera del patín de esa noche, y la pregunta de rigor que nos hicimos todos al escuchar la historia partidos de risa, ¿Qué hubiera pasado si el dueño de la camioneta aparecía y descubría a un par de locos amándose dentro de su auto? solo reímos más al imaginar la escena, ahora lo que es cierto es que un poco oloroso y maltrecho encontró a su bebe, ¿Que habrá imaginado el pobre?, ¡pues habría que ubicar al incauto!
CEANA