Mi relación con N fue muy dulce, apasionada, y demás, pero eramos un par de chiquillas las dos, en ese momento pensaba que era el amor de mi vida, obvio, y quería quedarme con ella, forever and ever, pero se acabó como tantas otras relaciones, era mi primera pareja oficial, y realmente la pasábamos muy bien, bailoteando de disco en disco a partir del jueves a domingo incluido, además de las continuas fiestitas y reuniones en casa de amiguitos de ambiente, N está por aquí, viene de vez en cuando a Lima, somos grandes amigas, no perdemos el contacto, es increíble como la pasión que nos unió en algún momento se pueda haber convertido en una amistad tan buena, no exixtirían jamás remembers entre nosotras, no cabe posibilidad alguna, sería ya incestuoso, somos como hermanas y, hace unos días estuvo por mi casa, recordando locuras y tonterías que hicimos juntas, y una de esas es la que me trae aquí hoy día, salimos una de esas noches de weekend con A un peluquero que era amigo de N, iríamos a una fiestita por los quintos infiernos, en una zona periférica de la ciudad de Lima, una zona medio law level, si, pero esas fiestitas eran muy divertidas, los gays, se adueñaban del circo, habían muchos travestis graciosillos, así que arrumbamos a la fiesta esa noche, al entrar, según versión de N, pendeja ella, yo empecé a coquetear con algún machito bien definido, y ella de picona me devolvió con la misma moneda, yo lo recuerdo todo al revés, ¡obvio! entramos al hueco ese, y había una travesti bastante guapa y conocida en el medio, G, y N se le acercó inmediatamente, era realmente una mujer y, se pusieron a conversar, yo la veía a lo lejos y me molestaba la actitud de ambas, me parecía que había pendejada, coquetéo en ambas miradas, las chequeaba de lejos cuando de repente desaparecieron de mi vista, ya bastante saltona fui en busca de N, ¡no la encontraba por ninguna parte! y pensé, ¡esta pendeja seguro se metió a algún baño a besar o hacer algo con ese travesti de mierda! ¡ya estaba hecha una loca histérica! subí las escaleras al segundo piso, y veo salir efectivamente a las dos del baño, riendo, muy divertidas ambas, no recuerdo más de esa noche, ni si le arme un escándalo a N, según ella, cuando yo la vi con G empecé a coquetear con otras, y ella lo hizo adrede con G, que solo le daba curiosidad la vida de un travesti, pero que jamás le puso un dedo encima, pero que efectivamente el travesti ¡si quería que se lo pusiera! incluso le robo un beso, ahora, no entiendo, al travesti que es gay, porque también existen los que no lo son, ¿Acaso no les gustan los hombres? o ¿Era travesti-lesbiana? no entiendo bien esos enredos, en fin, según N la noche terminó allí mismo, me sacó de la fiesta a jalones, yo neurótica a morir, trepamos a mi auto que el peluquero manejo, porque yo estaba ebria, y dice N que el travesti nos siguió al auto, pidiéndole su teléfono, yo saqué la cara por la ventanilla y le grite, ¡Cabro de mierda! ¡Lárgate! ¡Que horror! Jamás soltaría un insulto así hoy en día, pero mis celos, mi edad, y los veintemil tragos que llevaría encima hablaron por mi, ¿O será invento de N? Lamentablemente fue mi ayuda- memoria para cerrar esta historia, porque yo no recuerdo final alguno.
Ceana
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