¡CARNÍVOROS!

¡Puta madre estoy gorda! ¿estoy gorda amor? -no me mientas, !estoy gorda! el típico discursito de la mayoría de mujeres a sus parejas, sean hetero, gays o lo que sean, y no estoy exenta del mismo, si pues, le ando metiendo a la comida mas que nunca antes, siempre he tendido a matarme de hambre por diferentes razones, trato de no comer harinas, y evitar comer de noche, pero con Toki a mi lado es casi imposible renunciar a los manjares, tiene buen diente, si, y yo también lo tengo, pero casi siempre me he amarrado las ganas. Suelen las parejas engordar un poco al convivir, lo he constatado en varias parejas amigas, pensé que yo no iba a caer en esa estadística pero he sucumbido al placer de comer rico con mi pareja, y claro, los remordimientos vienen cuando ya no quiero verme al espejo por los kilos aumentados a mi figura, y la pregunta constante del principio, !carajo! ¿estoy gorda amor? y Toki respondiendo, -amor has subido unos 3 o 4 kilos, pero se te ve bien, cuando te conocí parecías un trapo-, ¡plop! ¿un trapo? ¿que? habría que interrogarla mas a fondo, ¿un trapo viejo? ¿muy usado?  ¿que clase de trapo? mejor ni saberlo, pero hoy por la mañana decidí tomar cartas en el asunto, me puse mi pantaloneta un polo ceñido, zapatillas y música en los oídos, me lance a correr por las calles, ando con una flojera terrible de ir al gym, así que puse manos a la obra y salí a recorrer las calles por mi barrio y pude constatar a través de los ojos de los peruanos que la carne gusta mucho más que una esbeltísima figura, a pesar de mis cincuenta años encima, pues me he dado con la sorpresa que los peruanos son tan carnívoros como toki que prefiere mis 3 o 4 kilos encima que una talla menos en mi pantalón. Los ojos lascivos de los hombres me llegaron a joder un poco, incluso un señor bastante serio de seguridad que siempre es muy correcto cuando paso en mi auto, hoy me saludo con una sonrisita pendeja y un -ha salido Ud, a hacer ejercicio-.  Me provocó decirle, -¿Así? no me he dado cuenta- pero solo le devolví el saludo y la sonrisa. Bueno, tampoco es para quejarme tanto, es rico saber que todavía se mueven hormonas mas allá de mi alcoba, ¿bajaré los kilos demás? mmm ¡habrá que pensarlo!
CEANA