Hace más de veinte años, increíble como vuela el tiempo, exactamente veintidos años atrás lo llevaba dentro, al principio su apodo era lenteja, claro cuando lo divisamos era casi de ese tamañito, lo amé desde que supe que lo llevaba conmigo, quizá no supe como demostrárselo, era demasiado inmadura e infantil, centrada en mi misma, pero el amor que siento por Paulo mi hijo me loquea a veces, he querido tantas veces comportarme de diferente forma, pero caigo redonda frente a sus ojos tiernos y bromas que me lanza, cuando mi hijo me mira y sonríe es como si me abriera el universo, cuando baila calato y canta es como si mi alma bailara con él, verlo a través del tiempo y de la barba inmensa que lleva encima es un despertar a la vida, haber estado tantos años "desconectada" me hizo perderme tantas cosas de mi hijo, pero como siempre le doy gracias a la vida la oportunidad de conocerlo, reconocerlo, admirarlo, querer a veces asesinarlo, pero sobre todo amarlo como lo estoy haciendo, es un chico precioso, y no lo digo porque sea tan solo mi hijo, su forma de ver la vida, de aceptarme es un plus adicional que me saque en la vida, con sus veintidós que se hecha mañana encima, Paulo es un chico bueno, dulce, sensible, a veces vengativo, otras resentido, con una vena irónica inmejorable, que cuando quiere "cagar" a alguien lo hace con tanta sutiliza y seriedad que yo me quedo perpleja, yo soy demasiado directa, él es literalmente un "pendejo", ¡y me encanta! Hoy, hace veintidós años, salias de mi para integrarte al mundo, hoy por hoy espero que sigas comiéndote el mundo mi pequeño bb! te amo!
CECILIA
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