Naci un 6 de agosto del 2012 con 110kgs!!!Entradas populares

martes, 17 de mayo de 2016

MMM... QUE MUJER!

Caminaba hace unos días por la calle La Florida en Buenos Aires. el frío era intenso, y las ganas de meterme a una disco gay,  me ganaban las ideas.  Era tarde si, pero aun no tanto para seguir los consejos de Locatelli.  Tendría que hacer tiempo en algún restaurante o bar para conocer la disco gay de la que tanto me habló mi amiga de antaño. Mi primera vez en Argentina, no me perdería ver tantas mujeres hermosas juntas. En Lima, no salgo mucho, no me emociona la idea de ir a una discoteca de lesbianas para nada. Ya las conozco todas, y la verdad no me atraen para nada. Caminé bastante esa noche y cuando eran aproximadamente la una de la mañana, me trepé a un taxi y directo a donde Locatelli me recomendó. Entré en un paraíso terrenal, donde la belleza estaba en cada rincón de ese espacio, las luces, la música y cada mujer mejor que la anterior. Locatelli, muy astuta ella, me había dado otros tips a seguir, me dijo: Sácale copia fotostática a billetes de cien dolares, y abre tu billetera donde quieras que las mujeres sean solo tuyas. Comprobé la teoría de mi amiga, y efectivamente, saqué mi billetera cuando vi a la mujer de mis sueños. Pedí un whisky fino,  y me lo tomé sorbo  a sorbo. La mujer de mis sueños, me miró y sonrió con malicia. Me dije a mi misma, "la hice linda esta noche, no dormiré sola en esa cama fría de hotel" La felicidad brotaba por mis poros.  Caminó despacio hacia mi y las piernas empezaron a fallarme, era un sueño hecho realidad, con el pelo castaño oscuro, esa mirada de ángel y demonio a la vez y ese cuerpo que hace mucho no imaginaba entre mis brazos estaba cada vez más cerca a mis fantasías por realizar. Se acercó tanto a mis ojos que pude sentir su respiración en mi piel. Me dijo con suavidad rozando mis labios, -no te preocupes, no necesitas sacar más billetes de cien, contigo tengo de sobra, seré tuya  con dinero o sin él. La tomé entre mis brazos, la besé con locura y ella me besó igual, solo quería meterme en sus ojos,  y en esa mirada azul. Tomé sus manos entre las mías y le pedí salir de allí. me dijo, -donde tu quieras, cariño.
Salimos de la discoteca y subimos a un taxi directo a mi hotel, cuando llegamos subimos a mi habitación y lo que pasó allí fue mágico, casi irreal, porque luego de varias horas pude comprobar que todo había sido un sueño desde que empecé a caminar por la calle Florida, nunca había estado allí.

Ceana Isla

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